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Tauromaquia, la dominación considerada arte.

 

 

Tauromaquia, la dominación considerada arte.

 

En tu memoria M. 
Por la Liberación Animal.

 

 

El toro.

El toro es un individuo sintiente con complejas emociones y sentimientos, es consciente de su entorno y de lo que le sucede, y posee habilidades cognitivas. Es un animal gregario que vive en grupos sociales matriarcales, solo no podría sobrevivir; además, reconoce a los miembros de su familia y a otros animales. Como cualquier individuo que posee un sistema nervioso central, el toro tiene la capacidad no solo de sentir placer, sino también dolor.

De la misma forma que todos los animales, el toro tiene intereses propios, como no ser dañado ni física, ni mentalmente y vivir en libertad. Los intereses del resto de animales son tan importantes como los nuestros; ya que, al igual que ellos,  nosotros los humanos somos animales. Por lo tanto, nuestro deber es oponernos a las injusticias que padecen cuando nuestros privilegios de especie nos benefician a costa de sus vidas.

Es por esto que anteponer nuestros intereses al de los toros u otros animales es una posición especista. El especismo es el sistema de opresión que considera los intereses de los humanos sobre los intereses de los demás animales, imponiendo sobre ellos el estatus de propiedad, mercancía u objeto; de tal forma que son utilizados para obtener provecho de sus vidas.

 

El dominio que el humano ejerce sobre los animales de otras especies se manifiesta a través de diversas prácticas
que los someten en un sistema que oprime y mata indiscriminadamente: el especismo.

 

A diferencia de lo que sostienen quienes defienden la tauromaquia, el toro utilizado para la lidia no es un animal bravo; por el contrario, es alguien pacífico y sensible que prefiere evadir la lucha y evitar la confrontación hasta que sea forzado al combate. Sólo en el momento en que no tenga otra alternativa peleará por su vida.

El propósito de esta serie fotográfica e investigación es visibilizar el dominio al que son sometidas las vaquillas, los becerros, los novillos, los toros, los caballos y las mulas; personas no humanas, inocentes y vulnerables que no pueden rebelarse y, por esa razón, son utilizados para perpetuar la práctica injusta de la tauromaquia.

 


 

La industria de la tauromaquia.

 

 

En México existen 262 ganaderías que explotan toros considerados de lidia. Se localizan en 20 estados de la República Mexicana y las entidades con más ranchos ganaderos que crían toros de lidia en el país son Tlaxcala, Jalisco, Querétaro y Guanajuato.

México, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, España, Francia y Portugal son los ocho países del mundo en los que se practica la tauromaquia y es una actividad regulada y legal. Sin embargo, aunque sea una actividad legal, ésta no justifica la injusticia a la que son sometidos no sólo los toros, sino también otros animales que son usados y abusados por la tauromaquia. En México (de acuerdo a cifras de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia) esta actividad especista cobra la vida de 4,500 toros al año, sin contar la muerte de novillos, becerros, vaquillas y caballos. Ahora bien, a nivel mundial, no se tiene una cifra exacta de los toros que son ejecutados en la industria de la tauromaquia, pero algunas cifras declaran que son 250,000 animales.

 

 

Anualmente, más de 400 eventos taurinos se llevan a cabo en diferentes partes de México: corridas de toros, novilladas, rejones, forcados, recortadores, becerradas o festivales de niños toreros, ferias taurinas, encierros de toros y vaquillas, romerías, tientas públicas, mojigangas, festivales de enanitos toreros, festivales taurinos para aficionados y corridas a beneficio.

 

     «Si existe una raza de vacuno en que la intervención del hombre en su ciclo reproductivo sea total, ésta es la raza de lidia». —  
Veterinario José Enrique Zaldívar Laguía, AVATMA.

 

 

A puertas cerradas: dentro de las ganaderías.

Dicen que los toros de lidia viven vidas idílicas en las grandes dehesas; sin embargo, al interior de las ganaderías se llevan prácticas que implican violencia sistematizada en contra de los animales, provocando daños físicos y mentales.

 

 

Una de las principales formas de violencia hacia los toros es forzarlos a nacer con el objetivo de utilizarlos en espectáculos taurinos, de esta forma se violentan sus derechos, ya que son considerados recursos y no individuos.

Todas las ganaderías que crían toros para ser lidiados llevan a cabo procesos de selección que implican, por un lado, la elección del toro a quien denominan semental y, por otro lado, la vaca que, a su vez, ha sido elegida por sus características conductuales con la finalidad de engendrar los individuos que serán  la próxima generación de toros y vacas. Los ganaderos buscan reproducir el mayor número de animales machos con determinadas particularidades para que, en su momento, sean enviados a las corridas y novilladas. Sin embargo, no todos los animales que se crían en las ganaderías de este tipo son machos, también hay hembras, o bien, siendo machos no poseen las características de bravura y trapío. Por esta razón, el destino de las hembras y los machos -a quienes los criadores denominan ‘desechos’ porque no son “aptos” para la lidia o para ser madres – son utilizados en otros eventos taurinos como los encierros, mojigangas, romerías y festivales de enanitos toreros. Al final, en el momento en el que los toros y las vaquillas no sean más útiles para los explotadores, serán enviados al rastro.

 

Una vaquilla considerada  ‘desecho’ es utilizada en una mojiganga.

 

Desde pequeños son sometidos al uso y al abuso para divertir a alguien más.

 

Para los ganaderos los toros no son más que propiedades, mercancías de las cuales sacan provecho. Así lo afirma, en el artículo “El precio de los toros de lidia”, el ganadero Sergio Hernández González, propietario de la ganadería Rancho Seco, ubicada en Tlaxco, Tlaxcala:

«Nosotros vendemos corridas de toros a la Plaza México, corridas en plazas de provincia en las que siendo menores los requisitos te permiten tener menores costos, aunque el precio de venta sea inferior, puedes tener mejores márgenes de utilidad, enfatizó.

Además de la venta de toros de lidia, los ganaderos diversifican su mercado. Como ingresos también tenemos venta de sementales, novilladas, novillos para festivales, vacas y camadas de machos. Siempre tenemos novillos con defectos, lo que llamamos el  ‘desecho’, que puede ser el desecho de tienta o el macho que por su procedencia no pensamos que va a tener un buen rendimiento» (El Economista, 09 de diciembre de 2010).

 

Lesiones físicas y daño psicológico infligidos a un becerro en un festival de enanitos toreros.

 

La marca de fuego.

Antes de cumplir el año de vida, los pequeños becerros son sometidos a la marca de fuego, un procedimiento violento y sumamente doloroso que es llevado a cabo sin anestesia e inflige mucho estrés, ya que son separados de sus madres; este último acto es conocido como el ‘deshijadero’. Así, los terneros son derribados en el suelo y son sujetados por varias personas que atan sus piernas con un lazo y sus cuerpos son marcados, numerados y señalados. La marca de fuego corresponde al hierro de la ganadería y al número que se les asigna como estatus de propiedad; además en su oreja se le practican cortes que indican la ganadería a la que pertenecen.

 

«En los ranchos ganaderos donde se crían los toros de lidia, se llevan a cabo las tientas de vaquillas, es a través de la selección de las características
conductuales de la madre cómo son los hijos machos, los que van a seleccionar para las corridas».— Dra. Adriana Cossío prácticas
Emociones por las que pasa un toro durante una corrida.

 

Entre los dos y tres años de vida, las vaquillas son sometidas a la “tienta”, provocando dolor físico y psicológico como a los toros o novillos en las corridas. Así mismo, son obligadas a pasar por la prueba del caballo, que consiste en clavarles la puya de tienta, posteriormente pasarán por el capote y la muleta, con este procedimiento se intenta probar la bravura y el carácter. En las tientas las vaquillas no son ejecutadas, pero las hembras que no son seleccionadas como ‘vientres’ son consideradas desechos y serán vendidas para utilizarlas en otras prácticas taurinas o enviarlas al matadero.

 

La puya de tientas es un instrumento punzocortante con una altura no mayor de centímetro y medio, es  más pequeña que la reglamentada para las corrida de toros.

 

Por su parte, en los ranchos ganaderos, también los toros machos son expuestos a la prueba de bravura, denominada “tienta”. Así en cuanto cumplen dos años de vida son sometidos por el picador con la puya de tienta, este instrumento punzo cortante se clava las veces que el ganadero lo ordena (no son pasados por el capote, ni por la muleta). Los toros, que a criterio del ganadero, pasan esta prueba son utilizados como sementales o son enviados a las corridas de toros. ¿Qué pasa con aquellos individuos que fueron forzados a la prueba de bravura y al proceso del capote y la muleta y no son “aptos”? La respuesta a esta pregunta es que serán enviados al rastro o a otros eventos taurinos ‘por haber perdido todo su valor al aprender los engaños’ (Ricardo Barrientos de la Cruz, Cría del Toro de Lidia por Ganaderos de Nuevo León, México).

 

Una vaquilla es ‘pasada’ por la muleta en una tienta pública en la Plaza de Jerez, Zacatecas.

 

Diversos informes señalan otros métodos que causan daño físico y psicológico a los toros que están dentro de las ganaderías, a continuación se describen algunos de ellos.

Por ejemplo, las lidias a puerta cerrada en los ranchos ganaderos. Ningún torero, novillero, banderillero, picador o rejoneador logra experiencia tan sólo con asistir a la escuela taurina y practicar con la carretilla o carretón de entrenamiento; por supuesto que no. Todos ellos requieren el apoyo de ganaderos, quienes los invitan a practicar con vaquillas, becerros, novillos, inclusive toros, sometiendo a estos animales a la barbarie, al tormento y a la muerte.

«Todos los animales utilizados en estos entrenamientos mueren durante su celebración». Veterinario José Enrique Zaldívar Laguía, AVATMA.

Un procedimiento poco común en el mundo de la tauromaquia es el enfundar los cuernos de los toros, lo llevan a cabo tan sólo determinadas ganaderías con el fin de que los toros no dañen sus pitones o no haya lesiones por pelear con otros individuos. «Se trata de una maniobra sumamente estresante y que provoca un enorme sufrimiento por la inmovilización que conlleva, y que se tiene que volver a repetir cuando se les retiran las fundas antes de mandarlos al festejo al que han sido destinados» (Veterinario José Enrique Zaldívar Laguía, AVATMA).

 

El transporte.

Llegado el momento los toros, seleccionados y vendidos a empresarios taurinos,  son embarcados.

 

 

El embarque.

El embarque consiste en encerrar a los toros, novillos o becerros en estrechos cajones para transportarlos desde la ganadería hacia las plazas o al lugar donde se llevará a cabo el encierro o el evento. Con el embarque inicia un proceso de sometimiento que conlleva emociones negativas, tal como lo afirma la Dra. Adriana Cossío en su ponencia Emociones por las que pasa un toro durante una corrida, «el aislamiento, les provoca estrés psicológico a los animales, cuando son separados de su grupo».

 

«En el transporte y en la plaza se generan una serie de emociones negativas. Dicen que viven muy bien porque no están en condiciones intensivas o manuales de producción, pero en el momento en el que son separados de su grupo social  y son subidos a un transporte se los llevan a la plaza les cambian la vida y se generan estas emociones negativas: miedo, ansiedad, dolor, desesperanza, frustración».— Dra. Adriana Cossío.

 

El embarque no sólo causa daños psicológicos a los animales, sino también lesiones físicas; ya que en el encajonamiento y en el trayecto -al tratar de sostener por horas el equilibrio dentro del cajón, soportando la velocidad del vehículo- las frenadas y el mal estado de las carreteras puede causarles traumatismos tales como dislocaciones, fracturas, esguinces o pérdida de los pitones. A todo lo anterior se agregan las inclemencias del tiempo, el ayuno prolongado y estar entre sus heces y orines. En el proceso de embarque y desembarque el toro está expuesto a situaciones que deterioran su salud física y mental, así lo comenta la Dra. Adriana Cossío: «Hay problemas de estrés para los toros desde el embarque, transporte, desembarque y corrales. Además hay tendencia en tener enfermedades respiratorias y lesiones en estos procesos».

 

Camión donde permanecen los toros en los cajones.

 

El desembarque.

Al llegar a la plaza, los toros deben ser desembarcados. Sin embargo, no todas las plazas cuentan con corrales para desembarcar a los toros, hay algunas plazas pequeñas o plazas portátiles que no disponen de ‘chiqueros’; muchos eventos taurinos llegan a realizarse en lienzos charros, es por esto que los toros son obligados a permanecer encajonados hasta llegado el momento en que son forzados a salir al ruedo.

 

Después de permanecer horas en un estrecho cajón, un toro es desembarcado en el ruedo de un lienzo charro.

 

 

 Un toro no puede salir del cajón, el espacio es muy reducido y sus pitones se atoran provocándole una profunda frustración y estrés

 

Toros desembarcados en los corrales de la Plaza de Toros Rodolfo Rodríguez “El Pana” en Apizaco, Tlaxcala previo a ser sorteados.

 

Un toro agotado, tras ser  transportado de la ganadería a los corrales de la plaza.

 

 

El entorilamiento.

En las plazas de toros que cuentan con corrales y toriles se lleva a cabo el entorilamiento después del sorteo. Los toros son sorteados para designar dos astados para cada torero, posteriormente se lleva a cabo el entorilamiento; es decir, son encerrados en el toril, hasta el momento en el que son soltados en el ruedo para ser ejecutados. Así como hay plazas que no cuentan con corrales, tampoco cuentan con toriles y los toros tienen que permanecer encajonados.

 

Momentos en el que un astado es acosado y obligado a entrar al toril con engaños y picándolo en la Plaza La Petatera, Villa de Álvarez, Colima.

 

 

La historia de El Jefe.

El Jefe pesaba 510 kilogramos, o al menos eso decía el cartel. Fue trasladado desde la ganadería Pilar Labastida, ubicada en Santa María del Río, San Luis Potosí, hasta la población de Atengo, Hidalgo. La plaza a la que llegó no contaba con corrales, por lo que el toro fue obligado a permanecer en el cajón hasta que llegara el momento de forzarlo a salir al ruedo; cuando lo desembarcaron en la plaza presentaba traumatismo en su pierna derecha trasera, se presume que la lesión fue causada en el embarque. El Jefe trataba de caminar arrastrando su pierna por el ruedo mostrando visibles signos de dolor, al no poder sostenerse en pie, y no servir para ser toreado, el matador lo atravesó varias veces con la espada de matar y, posteriormente, con la puntilla; al dejarlo tetrapléjico, lo sacaron del ruedo en el que lo mataron y fue destazado para vender su carne.

 

El Jefe, desolado ante el torero y sus subalternos.

 


 

Los caballos.

 

Un  caballo con un peto que no cubre la totalidad de su cuerpo, es embestido por un toro.

 

La tauromaquia utiliza a los caballos con diversos fines: para someter al toro en el tercio de varas, en el rejoneo y, por último, en el arrastre (para arrastrar a los toros hacia el patio de arrastre o al destazadero, además de caballos en algunas plazas son utilizadas mulas).

 

Tres pares de banderillas  son clavadas en el cuerpo del toro  durante el tercio de banderillas.

 

Los caballos son utilizados para llevar al toro a la zona de faenado. Plaza de Toros Monumental Lorenzo Garza en Monterrey, Nuevo León.

 

En el arrastre, si las mulas se resisten son golpeadas para obligarlas a jalar al toro hacia el destazadero.

 

 

Caballos utilizados en el tercio de varas.

En la suerte de varas, a los caballos que son usados para que el picador introduzca la puya se les cubren los oídos y los ojos, se les coloca un peto con un peso entre 25 y 28 kilogramos y el estribo que pesa aproximadamente 30 kilogramos; al mismo tiempo tienen que cargar la montura y al picador .

 

Un caballo presenta signos evidentes de estrés al inicio de una corrida de toros en la Plaza  La Petatera, Villa de Álvarez, Colima.

 

En algunas corridas de toros  a los caballos utilizados en el tercio de varas no les cubren sus ojos.

 

Los caballos también son expuestos a un entorno hostil que les produce daños físicos y mentales.

 

 

Caballos utilizados en el rejoneo.

Con la finalidad de entretener a unos cuantos, los caballos son forzados a entrenamientos durante siete u ocho años de su vida para que ejecuten el toreo a caballo, esto es mediante un proceso de dominación que coarta su libertad e intereses, supeditado a las órdenes de alguien más. El rejoneo es producto del sometimiento constante para que los caballos sean utilizados como instrumentos de trabajo, como resultado se pone en riesgo su vida y la muerte inminente del toro.

 

 

Para llevar a cabo esta práctica opresiva no sólo contra los caballos, sino también contra los toros se utilizan instrumentos punzocortantes, llamados rejones de castigo, banderillas y rejones de muerte. Los rejones de castigo son unas garrochas de madera que miden 1.60 metros con una lanza de acero de doble filo en su punta, la cual mide entre 16 y 18 centímetros. Las banderillas tienen las mismas características de las utilizadas en las novilladas o corridas, aunque llegan a ser más largas. El rejón de muerte que se utiliza para matar a los novillos consta de una cuchilla de doble filo de 60 centímetros; por su parte, la cuchilla que se usa para ejecutar los toros consta de 65 centímetros, ambos cuentan con 2.5 centímetros de ancho.

 

Banderillas para rejoneo.

 

Rejón de muerte.

 

 

 «Para domar a un caballo hacen falta 7 u 8 años, ¿por qué? porque no sólo es someterlo a la voluntad del hombre sino que hay que cambiar en él los centros de gravedad se mueve de otra forma, empujar con la parte de atrás. Supone para el caballo problema tremendo sus ejes de giro, su centro de gravedad y todo su sistema de impulsión y en eso se invierten 8 años. En 20 minutos al toro se le pide más o menos lo mismo, porque se incurva sobre sí mismo, cambia su centro de gravedad, se incurva sobre el torero, toda la física que conocía el animal se transforma para ser utilizada en el toreo». Luis Francisco Esplá – Torero.

 

 

El despunte.

Los toros usados en el rejoneo son sometidos al despunte, también llamado afeitado. El despunte consiste en disminuir el tamaño de los cuernos del toro seccionando el tejido con un serrucho; posteriormente son taponados, limados y cauterizados; en algunas plazas pintan los cuernos para simular un pitón natural.

En esta práctica se subyuga al toro para mutilar sus pitones con la finalidad de que sea menos peligroso en el rejoneo; el despunte es un procedimiento que se realiza frecuentemente a imposición de los toreros o novilleros, aunque no lo reconozcan públicamente porque es ilegal y atenta contra los cánones taurinos.

 

 

Los caballos también son expuestos a un entorno hostil que les produce daños físicos y mentales. En este sentido, se les arriesga al embiste del toro que les ocasiona traumatismos físicos como heridas que se complican con infecciones y lesiones, provocando, a su vez, la muerte. De igual forma, se les arriesga a caídas de las cuales les cuesta mucho trabajo levantarse e incluso mueren eviscerados por las cornadas. Aunado a lo anterior está el profundo estrés psicológico .

 

Un caballo derribado por el toro es embestido en el suelo varias veces causándole lesiones. Jalándole la cola al toro tratan inútilmente de quitárselo de encima; podían escucharse los gritos de dolor del caballo, así como los mugidos y jadeos de frustración y desesperanza del toro.

 


 

La corrida, la novillada.

 

Qué importa que los toros vivan “los mejores años de su vida en las dehesas”, que sean considerados seres sublimes, que les profesen amor profundo, si sus vidas se reducen a la explotación, a la dominación, al quebrantamiento de su voluntad, al tormento y a ser matados en veinte minutos.

 

Toros criados en la ganadería Atlanga en el Estado de Tlaxcala.

 

Una corrida de toros se conforma de tres partes o tres tercios que representan la culminación de la vida de un toro; único motivo para el cual fue criado. Los toros son sometidos a una serie de emociones negativas desde que son separados de su familia y su entorno, hasta el momento en que son transportados hacia la plaza y  son, primeramente, aislados y, luego, forzados a salir al ruedo para sufrir la dominación y el acoso.  Aunado a lo anterior reciben el ataque del humano quien le provoca lesiones en su cuerpo de modo deliberado y utilizando instrumentos cortantes y punzantes. El toro vive lenta agonía y, finalmente, muere sin tener la oportunidad de escapar o resguardarse; es obligado a tratar de salvar su vida sin conseguirlo. Diversos informes publicados en México, España y Colombia, así como literatura científica ponen en evidencia las lesiones físicas y mentales que padece el toro, no sólo en las corridas o novilladas, sino en cualquier evento taurino donde son utilizados como objetos de divertimento.

 

«Las emociones y estados mentales que experimenta un toro de lidia durante la corrida generalmente son negativos, tales como: miedo, ansiedad, sufrimiento, ira, frustración y decepción». — Dictamen forense sobre el dolor y sufrimiento de los toros durante la corrida, como evidencia de maltrato deliberado.

 

En México, la Dra. Beatriz Vanda Cantón, junto con sus colegas la Dra. Adriana Cossío Bayúgar y la Dra. Claudia Teresa Edwards Patiño, presentaron un dictamen forense multidisciplinario en el año 2017 acerca de las lesiones y sufrimiento de los toros durante la corrida, el cual muestra el aspecto físico, mental y fisiológico del toro de forma cronológica en los diferentes tercios: tercio de varas, tercio de banderillas y tercio de muerte.

 

 «En las corridas de toros, se provoca intencionalmente lesiones, dolor, miedo, ansiedad y otras emociones negativas y estrés intenso, lo que deriva en alteraciones fisiológicas y una muerte sin pérdida de conciencia previa». — Dra. Adriana Cossio.

 

 

Un toro es forzado a salir al ruedo por toriles.

 

El ruedo.

Llegado el momento de forzar al toro a salir al ruedo por toriles o por el cajón, el toro es expuesto a un ambiente desconocido, ruidoso, hostil y solitario. Lo anterior le provoca miedo, el cual se manifiesta en la dilatación de sus pupilas, sus orejas levantadas en estado de alerta para poder escuchar mejor, sus fosas nasales abiertas tratando de ubicar el peligro, sus ojos tan abiertos que se puede observar lo blanco de su ojo y los movimientos en su piel. Los bóvidos son animales rumiantes que tienden a huir del peligro por lo que es común que el toro choque fuertemente contra la barrera o los burladeros, hasta puede perder un pitón por el impacto; o bien tratan de saltar la barrera cayendo en el callejón o incluso en las primeras filas de asientos del público. Sin embargo, todos sus intentos por huir serán en vano y, agotados los recursos, tendrá que enfrentar a su agresor.

 

 

 

El arponcillo en listones de colores.

La divisa es un conjunto de listones de colores o de un solo color que representa la ganadería que explota los toros o los novillos que serán ejecutados esa tarde. Al salir el toro de toriles o del cajón se le clava en su morrillo, desgarrando su piel con un arponcillo que mide de 8 a 9 centímetros de largo.

 

La divisa es clavada al toro justo al salir de toriles o del cajón.

 


 

Los toros sí sienten.

 

Uno de los argumentos más utilizados por los taurófilos ha sido que ‘el toro no siente’, incluso han llegado a aseverar que el toro segrega tantas hormonas, que éstas inhiben el dolor. Aunado a lo anterior para justificar la actividad especista de la tauromaquia, hay quienes se han atrevido a decir que el toro siente placer cuando se le provocan lesiones con todos estos instrumentos de tormento, lo cual es una falacia.

 

 «Poseen todas las estructuras anatómicas y mediadores químicos para sentir dolor como cualquier otro animal mamífero y como cualquier otro bovino». — Dra. Beatriz Vanda Cantón.

 

Dictámenes médicos como el realizado por la Dra. Beatriz Vanda Cantón y sus colegas, revelan que el cuerpo del toro, al someterlo a la lidia, genera mecanismos de defensa ante el estrés; ya que se encuentra en peligro su vida y las reacciones fisiológicas visibles son su respuesta de supervivencia: prepararse para escapar, para luchar y para calmar el dolor, no para inhibirlo. Aquí el testimonio:

 

 

«Sí, el estrés nos hace liberar adrenalina, la adrenalina aumenta la presión arterial del toro con el fin de que mantenga oxigenación en el cerebro y en órganos vitales, pero también se libera el cortisol para que suba la glucosa y tenga energía para seguir aguantando, huyendo o combatiendo, esto le provoca aumento de la frecuencia cardiaca sobre la presión arterial y entonces también empieza a hiperventilar, por eso los ollares se ven así como que abre y cierra las aletas de la nariz y que nos hace creer que está enojado, no, no está enojado, tiene miedo y está hiperventilando porque está entrando en acidosis por todo el esfuerzo físico que está haciendo».

Como cualquier animal humano y no humano, el toro manifiesta el dolor y diversos estados emocionales negativos como el miedo, la angustia, la frustración y la depresión a través de sus expresiones corporales y su voz. Expresiones de dolor y sufrimiento mental son la contractura de los músculos faciales, los ojos desorbitados (mostrando mayor área blanca del ojo), la posición de la cabeza (entre más profundo sea el dolor más abajo queda de la línea horizontal de su cuerpo), la espalda arqueada, las orejas caídas, el jadear y el mugir.

 

 «Cuando vemos el blanco del ojo en un herbívoro o en la mayoría de los animales en general, es por estrés o por dolor y en el caso de los bovinos no deberíamos estar viendo el blanco del ojo». — Dra. Adriana Cossío.

 


 

Las varas.

 

 

Según los taurómacos, la suerte de varas ‘sirve para medir la bravura del animal y comprobar si se crece o no ante el castigo’. Lo cierto es que en este tercio es el momento en que se le clava al toro la puya con cruceta, un instrumento punzocortante de acero afilado con tres filos rectos en forma de pirámide triangular de 2.9 centímetros de extensión en sus aristas por 1.7 centímetros por lado en su base. Para las novilladas debe medir 2.6 centímetros de extensión por 1.5 centímetros de base; sin embargo, en las novilladas se llegan a utilizar las puyas de corridas. La puya utilizada en corridas tiene un tope de 8 centímetros y para las novilladas de 6.5 centímetros; puede ser de madera, hierro o aluminio en su base; puede estar cubierto con cordel de cáñamo, remachado al casquillo donde entra la garrocha, la cual es de madera redonda con una extensión máxima de 2.6 metros.

 

 

El picador clava la puya al toro como mínimo dos veces y le provoca graves lesiones musculares; por ejemplo en el trapecio, romboide, gran dorsal, deltoides, infra y supraespinoso. Al ser desgarrados los músculos de su espalda, hombros, cuello y los ligamentos de la nuca, el toro no puede levantar su cabeza; además, es posible  que se lesionen nervios del plexo braquial; es decir, los nervios que sostienen los hombros y los brazos. En consecuencia, el toro pierde el control de sus brazos, lo que se conoce como ‘perder las manos’ que es cuando el toro se cae por pérdida de fuerza. Dichas lesiones causan hemorragias severas con una pérdida de sangre de hasta un 18% de su volumen sanguíneo, debilitando al toro y ocasionando deshidratación; en consecuencia, el toro comienza a jadear. Otras lesiones son causadas porque los picadores clavan la puya en otras regiones del cuerpo del toro como el tórax, provocando un daño respiratorio.

 

Un toro es sometido a la suerte de varas.

 

Cuando un toro ‘pierde las manos’  para forzarlo a levantarse le tuercen su cola.

 

En el tercio de varas no sólo se causan lesiones al clavar la puya al toro, sino también se ocasionan daños en los ojos, traumatismos en la cabeza y fisuras o fracturas de cráneo en el llamado crimen del estribo del picador como lo documenta José Enrique Zaldívar Laguía Presidente de AVATMA:

 

 

«También son numerosas las lesiones oculares en los toros certificadas al final de la lidia. Muchas de ellas derivan de los golpes de los globos oculares y sus anejos con el peto del caballo, los burladeros y durante el transporte: fracturas del borde orbitario del arco superciliar, úlceras de córnea, protrusión de la membrana nictitante, desprendimiento de retina, luxaciones y subluxaciones de cristalino, hemorragias intraoculares»

 

 «A pesar de que en teoría la puya no debería penetrar en el cuerpo del animal más de lo que mide (7,6-8,9 cm) hasta el tope, existen estudios post mortem de estos animales que certifican que los trayectos abiertos por las varas pueden llegar a medir hasta 30 cm, con una media de 20-22 cm. Cada puyazo puede llegar a abrir hasta 7 trayectorias diferentes». — Veterinario José Enrique Zaldívar Laguía, AVATMA.

 


 

El tormento: el tercio de banderillas.

 

 

Como si de una fiesta se tratara, las banderillas -adornadas con papel o tela de vistosos colores- no dejan de ser un instrumento cruento para el toro y laceran aún más su cuerpo, ya dañado por la puya.

 

 

Las banderillas son unos palos de madera resistente que miden entre 68 y 70 centímetros de largo por 1.8 centímetros de ancho y pesan 100 gramos. Uno de sus extremos consta de un arpón de hierro de 6 centímetros de largo por 1.6 centímetros de ancho, el cual al quedar enganchado en el cuerpo del toro -y a cada uno de sus movimientos- desgarra los músculos de la espalda, hombros y los tendones de los brazos. Las banderillas quedan colgando y entre los lances, que realiza el torero, el daño muscular es mayor y produce una considerable hemorragia.

 

   «La pérdida de sangre causa deshidratación y anemia, el animal tiene sed; trata de inhalar más aire porque le falta oxígeno, debido a tres causas: 1) a la pérdida de sangre, 2) a la insuficiencia ventricular cardíaca y 3) a la congestión y edema pulmonar, lo que aunado a la acidosis metabólica, al dolor físico y al sufrimiento emocional, induce más liberación de adrenalina y vasopresina, que inducen vasoconstricción y aumento del latido cardíaco, con el fin de evitar que baje la presión sanguínea y poder mantener un adecuado aporte de oxígeno a sus órganos y tejidos para continuar con vida». — Dictamen forense sobre el dolor y sufrimiento de los toros durante la corrida, como evidencia de maltrato deliberado.

 

Pero hay algo peor que las banderillas de colores vistosos y son las banderillas negras, conocidas como banderillas de ‘castigo’ que se usan cuando a un toro se le considera excesivamente manso. Dependiendo del reglamento taurino de la entidad, estos palos miden 78 centímetros de largo con arpones de entre 12 y 18 centímetros y, por supuesto, causan lesiones aún mayores y un terrible sufrimiento mental.

 

   «En esta etapa también experimenta sufrimiento, que es un estado mental que Dawkins y Broom definen como la combinación de sentimientos desagradables, severos o prolongados, asociados con dolor físico o emocional, o cuando el individuo no consigue adaptarse a las circunstancias de su entorno. Numerosos autores concluyen que todos los mamíferos tienen una corteza cerebral suficientemente desarrollada como para experimentar el sufrimiento».  — Dictamen forense sobre el dolor y sufrimiento de los toros durante la corrida, como evidencia de maltrato deliberado.

 


 

La dominación.

 

 

Eso que dicen los taurómacos de incorporar la voluntad del toro para crear una obra de arte es la romantización de la violencia especista, del poder ejercido sobre quienes son vulnerables y no pueden defenderse. La faena de la muleta es la descripción gráfica del momento en que se encumbra el humano por encima del resto de animales legitimando su dominación.

 

 

La muleta es un instrumento que no causa daños que impliquen el derramamiento de sangre; sin embargo, genera lesiones graves al toro que es sometido a  movimientos de vaivén, mismos que demandan un gran esfuerzo, no solo caídas que provocan graves lesiones, sino también disminución en su capacidad visual tal como lo afirma el informe de AVATMA sobre el Sufrimiento de Toros y Novillos en la lidia – Con o sin encierro previo.

 

 «Durante la faena de muleta el animal sufre un intenso castigo físico, que se traduce en importantes lesiones a nivel de los músculos encargados de la locomoción y enderezadores del raquis, y que nada tienen que ver con los lesionados por las puyas y las banderillas». — Veterinario José Enrique Zaldívar Laguía, AVATMA.

 

 «A estas alturas de la corrida, el toro ha liberado endorfinas -que controlan su ansiedad-, por lo que algunos animales pueden adoptar una actitud pasiva o hasta indiferente, que en etología se identifica con la “pérdida de la esperanza” o con la decepción, en donde renuncian a seguir luchando porque sus esfuerzos han resultado inútiles». — Dictamen forense sobre el dolor y sufrimiento de los toros durante la corrida, como evidencia de maltrato deliberado.

 


 

La ejecución.

 

 

El tercio de muerte se constituye por los pases con la muleta y por la ejecución del toro; esto último se lleva a cabo con la espada de matar, arma de acero que tiene una longitud entre 80 y 90 centímetros de punta curvada. En teoría el matador debe atravesar al toro con la espada de matar a la altura del 3er. o 4o. espacio intercostal, ejecutando al toro de una estocada; sin embargo, en la realidad esto no sucede. Ni los toreros más experimentados matan a los toros de una estocada, tampoco los novilleros, quienes no tienen la destreza y, mucho menos, los niños toreros que carecen de experiencia y fuerza. Lo que sí sucede es que se somete al toro  a ser atravesado por la espada, una y otra vez.

 

 Nani fue atravesado más de nueve veces por la espada de matar  a causa de la inexperiencia del niño torero.

 

 Nicolás  buscando la querencia, fue atravesado en múltiples ocasiones por el estoque de muerte. Fue regresado por toriles donde fue ejecutado en el  destazadero de  la Plaza Nuevo Progreso en Guadalajara, Jalisco.

 

Los daños producidos por el estoque son diversos dependiendo de la trayectoria:  lesiones en el nervio frénico, el hígado, el rumen, el esófago, la tráquea, los pulmones, los bronquios. Si es herido cerca de la columna vertebral se dañan los nervios motores.

 

 «Normalmente la espada corta vasos, pulmones y bronquios, parte de esta sangre entra en las vías respiratorias causando broncoaspiración por sangre, lo que ahoga al toro, la sangre también puede introducirse en la tráquea y salir por la boca y la nariz». — Dictamen forense sobre el dolor y sufrimiento de los toros durante la corrida, como evidencia de maltrato deliberado.

 

  Un toro es acosado por los subalternos después de ser atravesado por el estoque de muerte.

 

Si el toro no se desploma durante el tiempo en el que los subalternos lo acosan con el capote, entonces, el torero utiliza, las veces que sean necesarias (hasta que el juez de plaza le dé un aviso), el descabello  para que el toro sea abatido. El descabello es otra arma cortante y punzante de acero que mide 91 centímetros de largo con una cruceta en la punta de 10 centímetros con la que el matador secciona la médula espinal, dejándolo tetrapléjico. Por lo anterior, no sentirá más dolor del cuello para abajo, pero sigue escuchando, viendo, oliendo; es decir, sigue consciente de lo que le están haciendo.

 

 

Por si no fuera poco, cuando el toro está tendido en el ruedo, el puntillero secciona el bulbo raquídeo con un arma cortante de 10 centímetros, con lo cual le provoca un paro respiratorio, pero no la muerte inmediata. Definitivamente, aún estando vivo le cortan las orejas y el rabo.

 

 

Pude presenciar, en la mayoría de las ocasiones, cómo el puntillero fallaba y clavaba varias veces la puntilla, incluso el toro se levantaba nuevamente, prolongando su agonía.

 

Una y otra vez herido con la puntilla. 

 

El alguacil presenta al Juez de Plaza las orejas y el rabo que le mutilaron al toro para entregarlas al torero como trofeo.

 

La frase [el toro de lidia] ‘vive como ninguno y también muere como ninguno’  (tan socorrida por quienes defienden la tauromaquia) es mentira porque, a pesar de las heridas infligidas en su cuerpo, el toro no muere en el ruedo, su muerte en contadas ocasiones es instantánea. El toro después de ser pasado por la muleta, es brutalmente acuchillado con los útiles punzocortantes de torear, pero la mayoría de las veces no muere en la arena, muere exanguinado en el destazadero de la plaza, ya sea en el patio de arrastre, el estacionamiento o la vil calle donde es despellejado y desmembrado para llevar su carne a las carnicerías o restaurantes y servirlo como comida.

 

 Un toro es exanguinado en un estacionamiento de una plaza de toros.

 


 

El homenaje.

 

 Nos hemos atribuido injustamente el derecho de decidir sobre la vida y la muerte del resto de animales.  

 

Al toro sólo se le rinde reconocimiento por la explotación a la que es sometido por la tauromaquia. Es criado para matarlo, ese es el objetivo y el fin de los ganaderos, los empresarios, los toreros, la afición y las autoridades de las plazas. Podrán decirlo con las mejores frases y la mejor jerga taurina, sin embargo, lo que sucede en la vida de un toro desde que nace hasta que muere es un círculo de uso, abuso, violencia física y psicológica, tormento y muerte.

En el argot taurino el indulto es un “homenaje” al toro por su bravura y nobleza. Si, en opinión del juez de plaza, el toro presenta dichas características lo regresarán por toriles a los corrales y, según algunos reglamentos de espectáculos taurinos de nuestro país, se recuperará físicamente para ser trasladado a la ganadería que lo crió con la finalidad de utilizarlo como semental. Son contados los casos en los que al toro se le otorga el indulto. ¿Cuántos toros pueden sobrevivir a las heridas infligidas por las varas, las banderillas y la muleta? La respuesta romántica a esta pregunta sería que los toros indultados pasarán el resto de su vida en las dehesas al lado de su familia y sus amigos; pero cabe decir que si esto sucediera, aún así continuará un ciclo de explotación y muerte a su descendencia, perpetuando la violencia, perpetuando la injusticia.

 

 

Los toros indultados cuyas lesiones son graves, no lograrán sobrevivir, son matados en el destazadero de la plaza. En estos casos excepcionales, el ganadero puede pedir la extracción postmortem, que se refiere a extraer los testículos del escroto para utilizar los espermatozoides con el fin de someter a embarazos forzados a las hembras.

 


 

El destazadero.

 

 

El destazadero son las instalaciones en las plazas en donde los toros son degollados, exanguinados, desollados y destazados para venderlos como alimento. Ninguna plaza de toros en nuestro país cuenta con un rastro con las especificaciones que marca la norma oficial mexicana NOM-194-SSA1-2004. Sin embargo, algunas plazas cuentan con estas zonas de faenado las cuales son solo espacios amplios, ventilados, con agua abundante, piso impermeable y con ganchos de hierro; otras plazas, degollan y exanguinan a los toros en el suelo aplastando su panza; ahí mismo los despellejan y posteriormente cuelgan sus restos en un camión o camioneta.

 

 

En el destazadero los toros son exanguinados o desangrados, lo cual significa que el toro se encuentra con vida. Los toros no mueren en el ruedo, en el ruedo sólo los inmovilizan; están vivos cuando las mulas o los caballos, quienes son utilizados para el arrastre, los llevan hacia la zona de faenado de la plaza o el estacionamiento que sirve como tal.

 

  «Solamente pueden desangrarte si tu corazón está latiendo, porque los muertos no sangran, si estás muerto entonces la sangre no sale porque el corazón se detiene y la sangre se coagula». — Dra. Beatriz Vanda Cantón.

 

Los matanceros se toman una fotografía con el cadáver de un toro, en la zona de faenado de la Plaza de Toros Rodolfo Rodríguez “El Pana” en Apizaco, Tlaxcala.

 

Un toro es exanguinado en un estacionamiento de una plaza de toros.

 

Si la plaza de toros no cuenta con zona de faenado, los cuerpos de los toros son trasladados a otro lugar.

 

 


 

Niños toreros.

 

 

El especismo se transmite en automático a nuevas generaciones, normalizando el uso de los demás animales, normalizando la explotación, la dominación, la violencia y el asesinato. Desde nuestro nacimiento nos han enseñado a cosificar a quienes son diferentes a nosotros por pertenecer a otra especie, generando una barrera, la barrera del especismo que no nos permite ver la opresión a la que sometemos a los animales de otras especies, ni cuestionarnos el hecho de no considerar sus intereses, necesidades y deseos.

 

 «Los espectáculos con animales, como la tauromaquia, divierten, entretienen, mantienen tradiciones y sensación de pertenencia cultural”».  En ese sitio maldito donde reina la tristeza.

 

La tauromaquia se transmite como una tradición por parte de los padres, los abuelos, la familia y el núcleo social al que se pertenece, formando una identidad cultural sumamente difícil de cuestionar, porque eso es lo que se ha mamado desde la infancia, desde ese núcleo familiar. Por lo tanto, un pequeño reconoce a un torero no como quien arrebata injustamente la vida del toro, sino como un maestro, una ‘figura’, alguien valiente que enfrenta a un animal considerado bravo, arriesgando su vida, así se lo heredaron sus padres, así lo aprendió.

 

 

Si desde pequeño o pequeña te han inculcado que no hay nada de malo en utilizar y matar un toro, normalizas y justificas la violencia; entonces tú quieres ser como ese hombre vestido de luces a quien admiras.

 

 

En México existen escuelas taurinas en los estados de Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, CDMX,  Veracruz, Yucatán, Chihuahua y San Luis Potosí. Las plazas de toros son las sedes donde las niñas, los niños y los jóvenes toman clases para aprender a torear y matar toros, los encargados de estas escuelas son matadores o ex-toreros. Estos centros en ciertos casos son escuelas municipales, financiadas por gasto público del municipio como en los casos de Guadalajara, Aguascalientes y Tetla.

 

 

Algunas de las escuelas taurinas en México, las cuales pertenecen a la Federación Mexicana de Escuelas Taurinas son:

Academia Municipal Taurina de Guadalajara.

Academia Municipal Taurina de Aguascalientes.

Escuela Taurina Municipal de Tetla, Tlaxcala.

Academia Taurina de Cd. Juárez, Chihuahua.

Escuela Taurina ‘Jorge Gutiérrez Argüelles’ en Pachuca, Hidalgo.

Escuela Taurina de Yucatán.

Escuela Mexicana del Toreo ‘Silverio Pérez’ en CDMX.

Escuela Taurina Queretana, A.C.

Escuela Taurina de León, Guanajuato.

Escuela Taurina de Orizaba, Veracruz.

Escuela Taurina de San Miguel de Allende, Guanajuato.

Escuela Taurina de Tlaxcala ‘Jesús Villanueva’.

Escuela Taurina de Arte y Cultura de Orizaba “Ing. Jorge Gutiérrez A.C.”

Centro de Formación Taurina “El Zapata”.

En el estado de Tlaxcala hay cinco escuelas taurinas en los municipios de Altzayanca, Apizaco, Huamantla, Tetla de la Solidaridad y Tlaxcala.

 

El ‘Gran Festival de Día de Reyes’ en la Plaza de toros Vicente Segura en Pachuca, Hidalgo.

 


 

Becerros.

 

 «Con el agravante de que, debido a su corta edad, la fuerza y capacidad de reacción de estos bovinos son bastante menores, y su grado de estrés y angustia mucho más acentuados». — Informe Técnico Veterinario sobre las Becerradas AVATMA.

 

Ni siquiera han cumplido los dos años de vida y ya son sometidos a un enorme daño físico y sufrimiento mental desde el momento en que son separados de su grupo familiar, hasta que son trasladados a un lugar hostil en el que se enfrentan a situaciones completamente desconocidas que les generan una gran confusión, miedo y ansiedad al no poder huir ni resguardarse.

 

 

Todo lo anterior con la finalidad de utilizarlos en eventos donde becerristas -es decir, niños o jóvenes aprendices de la tauromaquia- los torean. En las becerradas, a diferencia de las corridas o novilladas, los pequeños becerros son sometidos a la divisa, el capote, las banderillas y la muleta. Asimismo pueden también realizar prácticas con ellos niños, niñas y jóvenes forcados que dominarán al toro en grupo, al final los becerros son trasladados nuevamente a la ganadería en la que continuarán abusando de ellos.

 

Un grupo de forcadas somete a un pequeño becerro.

 

Erales, son jóvenes toros utilizados en las prácticas de las escuelas taurinas .

 

«Se han observado en los animales signos de incomprensión por lo que les está sucediendo, desorientación y constantes manifestaciones estrés, ansiedad, miedo y angustia, tales como: respiración acelerada, vocalizaciones, embestidas constantes (que no son más que una forma de luchar contra el estímulo aversivo, con la que el animal tiene la intención de que “se retire de su vista”), sacudidas violentas del rabo, acción de escarbar en el suelo con las extremidades anteriores, comportamientos de escape, huida o evasión y resistencia a moverse». — Informe Técnico Veterinario sobre las Becerradas AVATMA.

 

 

En algunos eventos en los que los becerros son explotados  para que los aficionados puedan divertirse toréandolos, se someten a los mismos tercios que en una corrida o novillada. Debido a la inexperiencia de estas personas, el daño físico y sufrimiento mental a los que se subyuga a los animales es mucho mayor.

 

 

De acuerdo a las afirmaciones de la Dra. Beatriz Vanda Cantón, los becerros padecen de la misma forma que los toros o novillos las lesiones que les provocan la puya, las banderillas y la muleta. Con el estoque de muerte hay mucha más violencia, porque si alguien no tiene la destreza ni la fuerza, clava en varias ocasiones las armas cortantes y punzantes en sus pequeños cuerpos, generando graves lesiones y mayor sufrimiento emocional.

 

 


 

Los encierros.

 

 

 Un toro confundido, acosado y agotado en las calles de Jerez, Zacatecas.

 

La tauromaquia no sólo son corridas de toros o novilladas, también son diversas prácticas especistas en las que se oprime a los animales y se les provoca graves daños físicos y mentales, además de la muerte. En este sentido, los encierros también forman parte de las injustas actividades en las que algunas personas buscan la diversión a costa de otros animales.

 

Toros desorientados entre la turba en las calles de Huamantla, Tlaxcala.

 

En México, el encierro se desarrolla en un circuito acondicionado en las calles de la población con burladeros.  Los toros después de permanecer por horas encajonados -desde el embarque de la ganadería que los crió hasta su llegada al encierro, además de que también permanecen sin agua ni alimento y entre sus heces y orines- son forzados a correr por las calles, desorientados entre una turba frenética, completamente desprotegidos, sin posibilidad alguna de escapar o resguardarse. Lo anterior les provoca miedo, estrés, lesiones por las caídas al resbalarse en el pavimento o golpearse contra los burladeros. Además, los golpes en su cabeza originan la pérdida de la visión, de los cuernos e incluso la muerte por infarto al corazón.

 

 

En esta práctica, se cree que los toros considerados de lidia son animales bravos que embestirán a los humanos; sin embargo, en la realidad esto no sucede así. Si los toros permanecen en manada nunca se van a defender; al contrario, cuando  el  toro se encuentra solo por supuesto que va a defenderse por miedo y por frustración, porque no tiene forma de escapar ante los sujetos que están invadiendo su zona de fuga. En los encierros, los toros tratan a toda costa de huir de los humanos, por esta razón, después de 20 minutos ya se encuentran agotados y es normal que se queden inmóviles y se nieguen a acometer. Entonces, la gente  empieza aventarles latas de cerveza, botellas de refrescos, vasos con líquidos; o bien los acosa con palos y les tuerce la cola. Al final de estos encierros, quienes sobrevivan serán enviados nuevamente a la ganadería para continuar siendo utilizados en otros encierros o festejos taurinos; cuando los ganaderos consideren que no son útiles su destino será el matadero.

 

 Un toro forzado a correr por las calles de Jeréz, Zacatecas resbaló en el pavimento; la caída le provocó graves lesiones.

 

En Jerez, Zacatecas se lleva a cabo ‘La Jerezadita’, ahí se sueltan vaquillas y becerros de aproximadamente un año en un circuito acondicionado para que los niños y las niñas los acosen como los adultos acosan a los toros; normalizando y legitimando la supremacía del humano sobre el resto de animales.

 

 Como parte de los festejos taurinos de ‘La Jerezada’, las vaquillas fueron llevadas en el transporte de la ganadería a la plaza donde las utilizaron para una tienta pública a medio día, posteriormente fueron trasladadas a las 18:00 horas al circuito donde se llevó a cabo ‘La Jerezadita’. No recibieron ni agua ni alimento en todo el día.

 

A las pequeñas vaquillas con miedo y agotadas  que se niegan a embestir les tuercen sus colas y las golpean.  

 

 

 «La tauromaquia es un símbolo de la explotación animal en el que se torturan y asesinan toros porque hay gente que lo encuentra divertido. Pero estamos en contra de toda forma de explotación a los animales, y creemos en el veganismo como respuesta a tal explotación».  Veganismo de la teoría a la acción.

 

«Ya que durante mucho tiempo se ha dado la explotación de los animales con distintos fines, asumimos que en el presente hay que mantener esas costumbres por el simple hecho de que en el pasado fue así.

Un ejemplo en el que se ve muy bien esto es el caso de los animales usados para diversión, en concreto, de los toros o vaquillas en las fiestas o corridas. Se alega que es algo que forma parte de la tradición y la cultura del pueblo que comete dichos actos». — En ese sitio maldito donde reina la tristeza.

 


 

LAS SUBVENCIONES Y LA INJUSTA DEFENSA DE LA TAUROMAQUIA.

 

 

Subsidios.

Resultados de solicitud de “información sobre el financiamiento del gasto público, subsidios e impulso del erario destinado a la crianza de toros de lidia así como a los espectáculos taurinos” al gobierno de México, vía Plataforma Nacional de Transparencia:

 

A) De la solicitud a nivel federal a la SADER (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural) de información sobre los recursos o subsidios asignados del presupuesto de egresos 2019 y anteriores años 2018, 2017, destinados a las ganaderías de crianza de toros de lidia, la respuesta con No. de Oficio 116.-01.01.073/2019 de la Coordinación General de Ganadería (Unidad Responsable que tiene a su cargo los Programas de Crédito Ganadero a la Palabra y de Fomento Ganadero de la SADER)  y signada por el MVZ. GUILLERMO J.S. CANCHOLA DE LA TORRE, dice a la letra:

«Referente a la solicitud del peticionario. Una vez revisados en forma exhaustiva y detenidamente los sistemas informáticos que contienen las bases de datos correspondientes al registro de las personas físicas y morales que se apoyaron con los componentes del Programa de Fomento Ganadero; que opera esta Coordinación General de Ganadería, no se encontró evidencia alguna que esta Unidad Administrativa tenga información sobre los recursos o subsidios asignados a las ganaderías de crianza de toros de lidia.

En tal virtud la información solicitada se considera como inexistente y por ende, se solicita se someta a consideración del Comité de Transparencia, la inexistencia de la información, en términos del Artículo 138 Fracción II de la Ley de Transparencia y Acceso a la información Pública (OF. 04-05-2015) y Art. 141 Fracción II LFTAIP (DOF. 09.05.2016)».

 

B) De la solicitud de la misma información sobre los recursos o subsidios asignados del presupuesto de egresos 2019 y anteriores años 2018, 2017, destinados a las ganaderías de crianza de toros de lidia a la SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) con número de folio 0000600195319; el oficio de contestación niega la existencia de la información, recomienda solicitarla a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (solicitud que se realizó a la par y la cual también es inexistente) y, además, señala lo siguiente:

«Asimismo corresponde a los ejecutores de gasto determinar, cómo ejercerán el recurso, de acuerdo con su quehacer institucional, metas, objetivos, etc. de conformidad con lo señalado en el artículo 4 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, por lo cual, se recomienda que la solicitud se realice a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural a través de la Plataforma Nacional de Transparencia (www.plataformadetransparencia.org.mx)».

 

C) De la solicitud de información pública con número de folio 00197719 al Patronato de la Feria Nacional de San Marcos del Estado de Aguascalientes en la que se requiere información sobre los subsidios, financiamiento e impulso del erario público destinado a los espectáculos taurinos que ha recibido la Feria Nacional de San Marcos 2019, el plazo de respuesta venció y la información no  fue proporcionada en tiempo y forma. Por lo anterior, presenté un recurso de revisión ante la Plataforma Nacional de Transparencia de Aguascalientes,  misma que resolvió:

«De la revisión de las constancias que obran en el expediente en que se actúa se desprende que la solicitud original no tuvo respuesta por parte del sujeto obligado.

 Afirma el sujeto obligado que, con fecha cuatro de junio de dos mil diecinueve recibió la notificación de la admisión del presente asunto, por lo que procedió a dar respuesta al ciudadano con fecha trece de junio de dos mil diecinueve en la Plataforma Nacional de Transparencia.

De la revisión realizada a la Plataforma Nacional de Transparencia, se desprende que efectivamente el sujeto obligado fue omiso en dar respuesta a la solicitud de origen en tiempo y forma.

Posteriormente, el promovente ingresó un recurso de revisión en la Plataforma Nacional de Transparencia, ante lo cual el sujeto obligado dio respuesta a la solicitud haciendo del conocimiento de la recurrente que el Patronato de Feria Nacional de San Marcos no otorga ni recibe subsidios, financiamiento e impulso del erario público para la realización de espectáculos taurinos, por lo cual la respuesta es igual a cero».

Con base en lo anterior, se concluye que ningún órgano del gobierno federal pone a disposición la información solicitada, a pesar de que el derecho a la información es una garantía constitucional de todo ciudadano. Sobre el financiamiento a la tauromaquia, por ejemplo, el Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino (organización gubernamental del Estado de Tlaxcala) y las escuelas taurinas municipales que impulsan esta práctica como una actividad artística, condonan las inscripciones a los niños y jóvenes que desean aprender. Eventos taurinos promocionados por el municipio con recursos públicos que provienen de los impuestos pagados por los ciudadanos. Es deber de los gobiernos fomentar la tauromaquia en las entidades declaradas como patrimonio cultural inmaterial.

 

 

Algunos artículos de la prensa nacional han dado a conocer  los montos destinados del gasto público a la tauromaquia, cantidades estratosféricas que son utilizadas para dicha actividad.

En el artículo periodístico Rechazan reformar el apoyo a la crianza de toros”, publicado el día 20 de abril del año 2016 en La Jornada, la declaración del entonces Diputado Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano afirma que ‘diversas empresas recibían subsidios federales y Espectáculos Taurinos de México (ETMSA), propiedad de Alberto Bailleres, recibe 14 millones de pesos de subvenciones para financiar su participación en la Feria de Aguascalientes. Los pocos empresarios taurinos que existen defienden a un sector que sobrevive con fondos públicos, cuya actividad se ha desplomado y cuyas crueles prácticas rechaza una mayoría social’.

 

 

Asimismo Reporte Índigo  en “MECENAS DE LA ‘FIESTA BRAVA”, publicado el 21 de febrero de 2019, expone que el Gobierno de Guadalajara “destinó al menos 8.2 millones de pesos de su presupuesto en el financiamiento e impulso de los espectáculos taurinos y en la formación de toreros durante los trienios de los exalcaldes Ramiro Hernández y Enrique Alfaro. Esta bolsa de recursos públicos fue utilizada para fines como el pago del salario del personal que se requiere en la Plaza de Toros Nuevo Progreso para efectuar las corridas; la formación de toreros en la Academia Municipal Taurina de Guadalajara; e incluso para costear los exámenes post-mortem de los animales sacrificados en estos eventos, según el folio de transparencia 00623319”.

 

 

En nuestro país, lo cierto es que la opresión contra los toros, sea para usarlos en la lidia o por considerarlos comida, está financiada por el gobierno. Dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio de 2019 está previsto dentro del Ramo 08 Agricultura y Desarrollo Rural de la Coordinación General de Ganadería la cantidad 4,505 millones de pesos. Este presupuesto está destinado a los siguientes sectores:

1. S260      Programa Fomento Ganadero:   500 millones

2. U009    Fomento de la ganadería y normalización de la calidad de los productos pecuarios:   5 millones

3. U021     Crédito Ganadero a la palabra:   4,000 millones

El Programa de Crédito Ganadero a la Palabra tiene como finalidad otorgar créditos para continuar explotando animales.

 

Patrimonio Cultural Inmaterial

Desde las cúpulas políticas los taurófilos han implementado todos los mecanismos a su alcance para proteger la tauromaquia no tan solo en México, sino en los ocho países que legitiman esta actividad. Considerada una tradición y bajo los argumentos de identidad cultural, en México los estados de Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Aguascalientes, Baja California, Guanajuato, Zacatecas, Michoacán, Nayarit y el Municipio de Villa de Álvarez, Colima han declarado a la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial. De acuerdo a la UNESCO, patrimonio vivo se define como: “las prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por las comunidades de generación en generación”. Esto significa que por disposiciones de ley, en esos estados, la tauromaquia está blindada porque no se pueden prohibir las corridas de toros, ni otros eventos taurinos. Además, el gobierno -al declarar a la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial-  tiene la obligación de promoverla y subvencionarla.

 

«A veces se nos dice que las tradiciones de nuestra cultura y de nuestras familias se deberían mantener porque representan conexiones con una época anterior, afirman nuestras relaciones, son actos del recuerdo. Pero nada nos pide que mantengamos tradiciones culturales que hacen daños a otras». — Carol J. Adams.

 

Subterfugios legales.

En México, las organizaciones taurinas (desde el año 2017) buscan incrementar la posibilidad de decretar la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial a nivel nacional, para lo cual es necesaria la aprobación en 17 estados de la república; es decir, la mayoría de entidades federativas. Un decreto de esta índole protegería esta práctica anacrónica y deleznable. Ahora bien, para solicitar a la UNESCO que la tauromaquia se declare a nivel internacional como patrimonio cultural inmaterial, se tiene que hacer la petición ante la Secretaría de Cultura por parte de México en conjunto con los países que han declarado patrimonio cultural inmaterial en todo su territorio o están en proceso de hacerlo (España, Francia y Portugal).

Mientras el poder económico y el poder político legitime la tauromaquia, se perpetuará la cosificación y la opresión sistemática hacia animales inocentes y vulnerables, preservando los privilegios de unos cuantos. Los toros, las vacas, los novillos, los becerros, las vaquillas, los caballos, se encuentran a merced de una ideología de supuesta superioridad, de quienes defienden y pagan por sostener una tradición injusta.

 

Presentación de Tauromaquia Mexicana capítulo Ciudad de México.

 


 

La prohibición.

 

 

En el año 2013 el primer estado en México en prohibir la tauromaquia fue Sonora, con la aprobación de la Ley de Protección a los Animales estableció en su Artículo 8o que,

«Queda prohibido en el Estado de Sonora, otorgar permisos, licencias y cualquier tipo de autorización municipal para la realización de corridas de toros, novillos y becerros, asimismo, para los denominados rejoneos. Quedan excluidos de los efectos de esta Ley las peleas de gallos, las charreadas y los jaripeos, siempre y cuando se realicen conforme al Reglamento expedido por la autoridad municipal».

Dicha Ley de Protección a los Animales fue abrogada, es decir, quedó sin efecto en su totalidad, publicándose una nueva ley con el mismo nombre el 03 de diciembre de 2018 con cambios en lo fundamental otorgándole facultad discrecional a la Procuraduría Ambiental del Estado quien podrá o no autorizar la realización de corridas de toros, novillos, becerros y rejones, decretando en su Artículo 14o.

«En el Estado de Sonora los permisos, licencias o cualquier autorización para la realización de corridas de toros, novillos, becerros, y rejoneos se sujetarán a los criterios y reglas que en su caso, expida la Procuraduría Ambiental del Estado, prevaleciendo las condiciones óptimas de los animales para esos fines.

Todo maltrato animal podrá ser sancionado en los términos de las leyes».

En consecuencia, en el estado de Sonora se tiene la facultad de continuar utilizando a los animales para someterlos a la violencia, tormento y muerte que conlleva la tauromaquia, eso sí, “mejorando” las condiciones de la explotación, lo que implica continuar con la violencia hacia ellos. El bienestarismo no libera de la opresión, la perpetúa.

Otros Estados que han prohibido las corridas de toros, novilladas, becerradas o rejoneo son Guerrero en el año 2014, Coahuila en el año 2015 y Quintana Roo en el año 2019, aunque hasta la fecha no ha sido publicada la nueva Ley de Protección y Bienestar Animal del Estado de Quintana Roo, lo cual ha desatado una serie de protestas por parte de quienes defienden la tauromaquia, así como otros grupos que explotan animales para divertimento con la finalidad de que dicha ley sea vetada. Asimismo los Municipios del Estado de Veracruz, Teocelo, Xalapa y Boca del Río en el año 2013, Córdoba en el año 2015 y el Municipio de Veracruz en el año 2016. El Municipio de San Pedro Garza García en el Estado de Nuevo León en el año 2015.

 

Ninguna actividad que oprima, violente, explote y mate a otros animales debe considerarse una manifestación cultural.

 


 

Liberación Animal

 

 Ante la opresión no se puede ser neutral.

 

Independientemente de las condiciones en que son criados, utilizados o matados los demás animales; independientemente del grado de violencia ejercida en contra de ellos, nada legitima que sean explotados, dominados y no está justificado que se les arrebaten sus vidas .

La lucha por la liberación animal es en contra del especismo porque ningún individuo debe ser considerado instrumento de entretenimiento, tampoco alimento, vestimenta, herramienta de trabajo, de compañía o de experimentación. La tauromaquia es la expresión de este sistema opresivo y ante la opresión no podemos ser neutrales; nuestro deber es liberar al resto de los animales de la subyugación a la que los hemos sometido e incluirlos dentro de nuestro círculo de consideración moral.

Todos los animales no humanos y humanos somos sintientes, por ese simple hecho todos merecemos justicia, respeto y libertad.

 

Agradecimientos.

Agradezco a mis compañeras de lucha por su apoyo invaluable e incondicional para la realización de esta serie fotográfica e investigación, gracias por su fortaleza. 

 

Las entrevistas.

En el transcurso de esta serie fotográfica tuve la fortuna de charlar con dos incansables activistas antiespecistas Adriana Vicario autora de «El especismo, la tauromaquia y la lucha antiespecista» y Patricio Estévez que desde el psicoanálisis explica «El proceso de la normalización de la violencia especista en el sujeto».

También agradezco su tiempo y sus conocimientos para la realización de este fotoreportaje a la Dra. Beatriz Vanda Cantón, gracias por sus aportaciones.

La serie fotográfica de esta investigación se realizó entre los años 2015 – 2018 en 28 plazas de toros y varios encierros en México con la finalidad de propugnar la abolición de la tauromaquia y de toda forma de explotación.

 

 

Sofía Dumat|CLAMOR DE LIBERTAD

 

 

REFERENCIAS.

“Abierta Escuela Taurina en Tetla”, El Sol de Tlaxcala.

“Abren 5a. escuela taurina en Tlaxcala”, SN Digital TLAXCALA.

Academia Municipal Taurina de Guadalajara

Academia Taurina de Cd. Juárez.

Academia Taurina Municipal de Aguascalientes.

“Afeitado de pitones; ganadería Antonio Román”, Sangre Brava.

Arévalo, Carlos Eduardo. “El precio de los toros de lidia”, El Economista.

Asamblea Antiespecista de Madrid. 2018. En ese sitio maldito donde reina la tristeza. Tercera Edición. Madrid, Ediciones Ochodoscuatro. Pág. 24, 32, 33.

Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia.

Boletín Oficial Gobierno del Estado de Sonora. Ley de Protección a los Animales para el Estado de Sonora.

Bravura Taurina. “Documental Toro”, Tendido Cero.

Carmona, Noemí. “El ayuntamiento de Altzayanca lanzó la convocatoria para formar parte de la Escuela Taurina Carlos Aragón Muñoz”, ESTADO 29.

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